Un hogar se construye gracias a la suma de los pequeños detalles. Todo cuenta, y la iluminación es uno de esos elementos que pueden mejorar mucho un espacio si se le presta la atención necesaria. Por eso en este post, nuestros consejos de decoración van orientados a sacar el máximo partido de la tecnología LED.
En 2012 las bombillas incandescentes dejaron de fabricarse en la Unión Europea. Tras iluminar durante más de 100 años nuestros hogares, han sido relevadas por opciones más eficientes y eco-friendly. Ahí es donde entran en juego las bombillas LED, con una tecnología más sostenible que convierte mejor la electricidad en energía lumínica.
Comprar bombillas LED puede reducir el consumo hasta en un 85% en algunos casos en comparación con las bombillas incandescentes. Su vida útil es mayor, y pueden llegar hasta las 50.000 o 60.000 horas de uso. Apenas emiten calor provocado por el desperdicio de energía y son mucho más ecológicas, ya que, además del ahorro energético no contienen mercurio ni tungsteno y emiten menos C02 a la atmósfera que las bombillas incandescentes. Parece un buen cambio ¿verdad?
El problema llega cuando nos ponemos delante de la estantería de una ferretería o gran superficie y tenemos que elegir entre decenas de bombillas LED diferentes. ¿Cuál será mejor para el salón? ¿Y para el estudio?
La primera diferencia que salta a la vista es el precio, con grandes oscilaciones que suelen depender de la calidad del LED o su mecanismo de disipación entre otros factores. Después, habrá que tener en cuenta los vatios, lúmenes, temperatura de color…y es ahí donde debemos tener unas nociones básicas para comprar bombillas LED que se adapten a nuestras necesidades de forma inteligente.
Factores importantes para comprar bombillas LED
Vatios y lúmenes
Un lumen es la cantidad de luz que genera una bombilla. Por lo tanto, no sólo debemos fijarnos en los vatios de una bombilla a la hora de decantarnos por una u otra. Las bombillas LED producen más lúmenes por vatio que las bombillas incandescentes. Por lo tanto, una bombilla LED de 15W generará más lúmenes que una bombilla incandescente de 30W. Asimismo, no todas las bombillas LED generan los mismos lúmenes.
Temperatura de color
Seguro que alguna vez has cambiado una bombilla y has comprobado que el “color” de la luz es totalmente distinto. Los grados Kelvin son los encargados de medir la temperatura de color de la bombilla que puede dividirse en tres grandes grupos:
Blanco cálido: en torno a los 3.000 grados Kelvin. Es una luz con tono amarillo, más cálida, recomendada para estancias como el salón o las habitaciones.
Blanco puro: Alrededor de 4.500 grados Kelvin. Queda bien en la cocina, el baño o un lugar de trabajo.
Blanco frío: Sobreo los 5.800 grados Kelvin. Es perfecta para lugares donde se necesita luz blanca muy potente como un garaje o un trastero.
Apertura del ángulo
Dependiendo de la superficie que queramos iluminar necesitaremos una apertura de ángulo u otra. Si buscamos una luz focalizada para iluminar algo en concreto es recomendable comprar una bombilla LED con una apertura de ángulo pequeña (ejemplo:40 grados). Por el contrario, si buscamos iluminar una superficie amplia, será preferible encontrar una bombilla LED con una apertura de ángulo mayor (ejemplo: 120 grados).
Teniendo en cuenta estos parámetros ya podemos hacernos una idea más definida de qué tenemos entre manos cuando vamos a comprar bombillas LED. Para distinguir aún mejor las características, podemos diferenciar entre LED SMD y LED COB.
Tipos de luminarias LED
LED SMD
Las luminarias con LED SMD (Surface Mounted Device) están encapsuladas superficialmente en una resina semirígida y dispuesta sobre un circuito impreso. Su rendimiento lumínico alcanza los 60-70 lúmenes/vatio y tienen un ángulo de apertura de hasta 360 grados.
Están indicadas para lugares de paso ya que generan mucho calor y tenerlas continuamente encendidas podría afectar a su rendimiento.
LED COB
En el LED COB (Chip On Board o Chip en la Placa), se han insertado multitud de LEDs en un mismo encapsulado. Este tipo de LED genera dos veces más rendimiento lumínico que un LED SMD, alcanzando hasta 120 lúmenes/vatio.
Su ángulo de apertura alcanza los 160 grados, no necesita concentrar tanto el haz de luz y es más duradero ya que no necesita un circuito eléctrico para su funcionamiento. Recomendado para lugares en los que se necesita una iluminación constante.
Ahora que ya sabemos un poco más sobre el mercado del LED, podemos tomar mejores decisiones a la hora de comprar bombillas LED. Siempre teniendo en cuenta las características de cada bombilla, nuestros gustos y necesidades. Lo ideal es aprovechar al máximo el potencial de las bombillas LED para que nuestro hogar sea más personal y acogedor. Sin duda, la inversión inicial, más alta que en las bombillas incandescentes, compensa el ahorro energético que supone a largo plazo.
¿Tenéis iluminación LED en casa? ¿Qué diferencias encontráis con las bombillas incandescentes que utilizábamos antes?
P.D. Si queréis estar al día de todas las noticias sobre la tecnología LED, podéis echar un vistazo a la web de AniLED, la Asociación Española de la industria LED.
Marta says
Muy útil la información que nos habéis brindado.
Muchas gracias.